Cabo de gata
Cuentan que hace varios siglos, cuando los romanos desembarcaron en el extremo occidental del golfo de Almeria,las montañas que miran al mar Mediteraneo desprendían destellos de luz al ver el sol.Aquellos brillos, que los hombres de mar contemplaban extasiados desde sus barcos,no heran otra cosa que el reflejo de las ágatas que por aquel entonces cuajaban los montes.Con el tiempo,un par de letras que componen el nombe del mineral se fueron desprendiendo de él.
El cabo de Gata, sin embargo, no se ha desprendido de su resplandeciente belleza,la más intensa del litoral almeriense.Se la puede encontrar agazapada,en los recovecos más insólitos de la sierra que lleva su nombre.
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